Le miraba sutilmente, he intentaba ocultar mi interés, mi corazón
se estremecía, mi cuerpo hecho hielo se debilitaba a cada segundo, se acercó a
mi lentamente y desvié la mirada, me sentía ofuscada, la niebla me recorría
frente a los ojos y no lograba divisar.
De pronto me tomo la mano y me acaricio la cara, luego me rozo con
sus labios, decidí continuar y me incorporé.
Sus labios tan cálidos se paseaban suavemente sobre los míos,
sentía como mi alma se enlazaba con la suya, de repente postergue todo miedo
que me hubiera podido invadir y me percaté de que estábamos juntos, había
perdido la noción del tiempo, hacia ya bastante tiempo que no le sentía tan
cerca, tan mío, el aire me sofocaba, me ardían las mejillas, pude ver sus ojos, que un día me habían
llenado de vida, de esperanza y en ellos un mar aproximarse, me abrazó fuerte
como si no quisiera soltarme, me infundió una paz indescriptible, quise decirle
un "te quiero" que tenía atascado en mi garganta el cual me
asfixiaba; oía su corazón martillarle el pecho, entendí justo en ese momento
que el error había sido mío por algún día no haber luchado por el, no sabía que
tan real era esto que estaba viviendo, su cuerpo despedía calor y un aroma solo
propio del el, el cuál nunca había logrado olvidar, el primer amor es la flor
que brota en el invierno, el ave capaz de volar a pesar de la lluvia, es la
parte posible de lo imposible.
Todo se disolvió, todo desapareció, fui cayendo por un hueco tan
hondo que no lograba ver el fondo de éste y de repente estaba en el suelo, con
un golpe crudo y frío, y con alguna que otra costilla rota.
Susurre su nombre, nadie parecía darme respuesta y a mi alrededor
la nada era la interprete de aquella velada, grite tantas veces como pude su
nombre y ya me empezaba a impacientar, con los ojos encharcados me aclaré la
garganta, cerré los ojos y me enfrasque en su evocación inmersa en el dolor más
que de mi cuerpo, de mi alma.
Abrí los ojos, los pequeños rayos de sol entraban por mi ventana,
iluminando toda la habitación, palpe mi cuerpo intacto, con increíble asombro
me giré y estaba a mi lado, su respiración era fuerte y constante, mi almohada
estaba llena de lágrimas, mis ojos volvieron a humedecerse esta vez de una
alegría incontenible me acerque a el y besé su mejilla, sus ojos se
abrieron,
«te quiero » pronuncie.
«te quiero » pronuncie.
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